Todos los bebés en algún momento se llevan las manos a la boca y suelen succionar uno o varios dedos, normalmente los mismos, como si fueran chupetes.
Sin embargo, esta práctica puede ocasionar algunos problemas. Al estar siempre a su disposición, los bebés pueden chupar durante muchas horas seguidas y provocar lesiones en la boca, como arañazos, o en los dedos, como callosidades o maceración de la piel. Además, también puede ocasionar malformaciones dentales o en el paladar, como el paladar abovedado.
Para solucionar este hábito, se pueden seguir algunos consejos, como comprobar si el bebé tiene hambre y ofrecerle alimento para que deje de chuparse los dedos, evitar ponerle guantes ya que necesita los dedos para explorar su entorno y, si siempre chupa los mismos dedos, distraerlo con un mordedor o intentar una toma de pecho.
RELACIÓN CON LA ODONTOLOGÍA
La utilización prolongada del chupete puede ocasionar deformidades en la forma y crecimiento de los dientes y huesos, especialmente en el paladar. Es importante realizar visitas a odontopediatra.