El índice de niños con obesidad ha vuelto a empeorar. La pandemia y el regreso a hábitos NO saludables han hecho que volvamos a tener cifras preocupantes.
HÁBITOS SALUDABLES
Lácteos: En los últimos años, se ha reducido mucho su consumo, y desde la infancia hasta que termina el crecimiento, es absolutamente obligatorio que los niños consuman lácteos para tener una formación ósea adecuada.
Legumbres: Se observa una disminución en el consumo de legumbres, alimento que antes formaba parte del plato diario de todas las familias y que ahora, con suerte, se consume una vez a la semana. Tienen un alto contenido nutriente y son baratas, otro motivo para recuperar su uso.
Los productos manufacturados han sido culpables, en cierta medida, de estos cambios de hábitos. Un bocadillo es una comida igualmente rápida, pero no es una comida BASURA como puede ser la bollería industrial. Sin embargo, tenemos esa percepción de que los productos manufacturados son de mejor calidad que los que nosotros podemos cocinar.
CONSEJOS
Mucho cuidado durante los 6-7 años. En esta etapa se produce algo que se llama el 'rebote adiposo', y debemos intentar no incrementar la ingesta energética.
Pubertad: En la edad del estirón, las necesidades son mayores, por lo que si el niño no coge peso de manera excesiva, se le puede permitir comer una mayor cantidad de alimentos, porque su cuerpo lo necesita. Sin embargo, hay que tener especial cuidado en que haya una diversidad y equilibrio de nutrientes.
Otro de los principales factores que ha provocado tanta obesidad es el sedentarismo.