Un sarcoma es un tumor poco frecuente que se forma en los huesos o en los músculos, pero nunca surge en las glándulas.
Lo peligroso de la enfermedad radica en la dificultad para identificarlos, ya que se pueden confundir con tumores benignos o, directamente, pasan desapercibidos. Tampoco son fáciles de tratar, la única forma que existe actualmente para acabar con él es la cirugía. El éxito está en que se detecten pronto. Los síntomas pueden ser confundidos con otras patologías más leves, retrasando su detección. Los que están localizados en la zona abdominal son muy difíciles de diagnosticar porque sus síntomas son muy inespecíficos, no dan ningún signo de alarma y hasta que no hay un signo indirecto, no se detectan.
La cirugía es la única salida y es más fácil cuanto más pequeño es el sarcoma. Se extrae el propio sarcoma y los órganos que engloba. Si invaden vasos sanguíneos, se dificulta la operación y, en ocasiones, la imposibilita. Es fundamental el diagnóstico precoz.
RELACIÓN CON LA ODONTOLOGÍA:
Lo podemos encontrar en la boca (músculo o hueso), de ahí la importancia de saber diagnosticarlo. Se transmite principalmente a través de la saliva. También se puede diseminar por medio del contacto sexual, transfusión sanguínea o trasplante. Una vez que el virus entra en el cuerpo puede infectar cualquier célula.